Sergio Ramón Fuentealba
Vendrán otros y hablarán de tu obra. Yo hablaré de tu persona, de tu carácter afable y gentil, de tu sonrisa y dulzura.
Nadie como tú me estimuló en mi trabajo poético, nadie como tú me dirigió palabras bálsamo en el ajetreo cotidiano y literario, en breves e intensas charlas. Recuerdo palabras sanadoras, manos amigas y cercanas. Hablo de empatía y corazón. Hablo de la alegría de compartir la literatura y compartirla con grandeza. Otros vendrán y hablaran de tu obra. Yo me uniré, al espíritu doliente de tus próximos, a la congoja de tus compañeros queridos. Tu espíritu reposa en alto cielo, ajeno a la prisa demoledora del tiempo actual, aquella que impidió que nos detuviéramos a conversar en la esquina de Colo-Colo y Barros Arana. Amplias sonrisas y brazos alzados se saludaron efusivos sin pensar que sería la última vez que se encontrarían en la vorágine de una impasible vereda penquista un mediodía de abril. La madrugada en desvelo me envuelve en confusa nostalgia.
Nos conocimos en
Ingrid Odgers
Un 6 de febrero de 2004, Matías Cardal escribió:
Conocí a Sergio Ramón Fuentealba Moreno en octubre del año 1985. Yo era rector del Liceo Vicente Alberto Palacios Valdés, de Tomé, cuando él solicitó una audiencia para ver la posibilidad de presentar la obra de teatro
Había nacido este escritor en Concepción, el 23 de diciembre de 1934, en la calle Freire, a media cuadra de Colo-Colo, en una casa que su padre arrendaba a Tomás Mora Pineda.
Siendo muy niño, solía viajar a Tomé para pasar algunos fines de semana en casa de su tía Olga Moreno de Moena. A la edad de 21 años, en 1955, se traslada a Santiago, año en que allí conoce a Teodoro Lowey, el actor y director, por ese entonces, del Teatro de Ensayo de
Durante un año estudió teatro en su Academia, deslumbrándose con esta actividad. Su primera participación importante como actor, interpretando el papel de un juez, fue en la obra El Licenciado Pathelin, una obra anónima de
En 1958 -estando todavía en Santiago- comenzó a escribir artículos sobre la actividad teatral en el diario Crónica de Concepción. Al año siguiente, está de regreso en la zona y empieza a escribir para el diario El Sur, una columna con el nombre de Correo Teatral.
En 1962, crea el programa El Teatro en
En 1985 comienza a visitar nuevamente Tomé y el 13 de octubre de ese año presenta en varios lugares la obra
Sergio Ramón Fuentealba ha publicado numerosos artículos y entrevistas a personajes, parte de los cuales han visto la luz en numerosos folletos y libros, entre los cuales sobresalen Volodia Teitelboim, Gonzalo Rojas, Poeta en su Torreón, Crónicas Penquistas y Refrescando
Como autor teatral, estrenó con éxito, en 1996, su obra Huellas en el Cemento y en 1997, Las Pascualas Encantadas.
Fue galardonado con el Premio Nacional de Arte y Cultura de Tomé el año 2002. Actualmente vive con su familia en Tomé, en las hermosas lomas de Veguillas, y continúa escribiendo para diarios y revistas regionales interesantes comentarios y lozanas crónicas.
Fuente: Web
1 comentario:
Concuerdo con lo dicho aquí, pues Sergio Ramón Fuentealba Moreno, además de ser un talentoso exponente de las artes, era una gran persona, un amigo sencillo y amable, un caballero en el más amplio sentido de la palabra. Hoy le despedimos en el cementerio nº 1de Tomé, y varios representantes de agrupaciones, partidos politicos, amigos, se refirieron a él describiendo su obra, pero también su calidad humana. Tuve la suerte de conocerlo, de conversar y compartir con él, escuchar sus relatos de momentos felices y otros no tanto, incluso episodios terribles, y quienes lo conocieron más de cerca deben saber a que me refiero... Pero él siempre mantuvo su entereza, su integridad y bondad que lo caracterizaban. ¿Cómo olvidar el amor y orgullo con que hablaba de sus hijos? ¿o su devoción hacia las artes y la cultura? sus convicciones, anécdotas, recuerdos...
Sinceramente fue un honor haberle conocido.
Hasta siempre Sergio Ramón.
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