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lunes, 3 de diciembre de 2007

Ministra de Cultura en el Instituto de Chile -2007

Instituto de Chile

El 29 de agosto de 2007 el H. Consejo del Instituto recibió en sesión extraordinaria a la señora Ministra Presidenta del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Dª Paulina Urrutia Fernández, quien realizó una intervención acerca de las Políticas públicas en materia cultural, impulsadas por el Gobierno. Por considerarlo de interés, se ofrece su texto íntegro:



INTERVENCIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA DE CULTURA ANTE EL H. CONSEJO DEL INSTITUTO DE CHILE


Muy buenos días, en nombre del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes quiero agradecer al Instituto de Chile y a las Academias que la componen, esta invitación a dialogar sobre las políticas públicas en el ámbito de la cultura.

Deseo iniciar esta intervención señalando aquellos elementos constituyentes de la institucionalidad cultural de nuestro país, que fuimos capaces de construir como sociedad después de más de 50 años de esfuerzos y debates que concluyeron el año 2003 con la ley que dio vida al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Esta institucionalidad no fue concebida como un Ministerio, de carácter gubernamental y autoridad unipersonal y vertical, por el contrario, se pensó como un Consejo de carácter estatal y autoridad colegiada que trascendiera a las distintas administraciones, con una mayoritaria participación de la sociedad civil en sus órganos de decisión, descentralizado y territorialmente desconcentrado en el levantamiento e implementación de sus políticas. Regionalmente está constituido por Consejos también integrados mayoritariamente por la sociedad civil y Comités Consultivos representativos de los ámbitos artísticos y culturales. En el nivel nacional su máxima autoridad es el Directorio Nacional integrado por 11 miembros, en que además de la Ministra, quien lo preside, y de los Ministros de Educación y Relaciones Exteriores, se encuentran un representante de la Universidades del Consejo de Rectores, Don Agustín Squella; uno de las Universidades Privadas Autónomas, Don Enrique López; un representante de los Premios Nacionales, Don Lautaro Núñez; y cinco miembros propuestos por diversas organizaciones de la sociedad civil vinculadas al arte y la cultura: las señoras Drina Rendic y Cecilia García Huidobro, y los señores Arturo Navarro, Santiago Schuster y Pablo Rivera. Además, es asesorado por un Comité Consultivo Nacional cuya principal función es la de asesorar al Directorio Nacional en distintas materias, especialmente aquellas que vinculan a la educación con los procesos civilizatorios culturales.

También se encuentran, como órganos dependientes del Consejo Nacional nuestros tres consejos sectoriales: el Consejo Nacional del Libro y la Lectura; el Consejo de Fomento de la Música Nacional; y el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual; todos ellos también integrados mayoritariamente por representantes de la sociedad civil. Al mismo tiempo que establece la coordinación de la DIBAM y el Consejo de Monumentos Nacionales y la coordinación con DIRAC.

Todos estos órganos son la esencia de nuestra institucionalidad cultural, constituyen su mayor riqueza por cuanto aseguran la indispensable diversidad y pluralismo de opiniones, visiones e intereses que requiere el diseño de políticas culturales y garantiza una permanente autoevaluación y control de lo que se hace.

Junto a esta institucionalidad debemos también destacar que la política cultural en nuestro país es una política de Estado y no de Gobierno, establecida para el período 2005-2010, acordada por el Directorio Nacional a partir de la Primera Convención Nacional de la Cultura realizada en agosto del año 2004 y plasmada a partir de un proceso abierto y participativo, en el documento “Chile quiere más cultura”, y cuyos principios orientadores son la afirmación de la diversidad cultural; la libertad de creación y expresión; la participación democrática y autónoma de la ciudadanía en el desarrollo cultural; la educación para la apreciación de la cultura y la formación del espíritu reflexivo y crítico; la preservación, conservación y difusión del patrimonio cultural; la igualdad de acceso al arte, los bienes culturales y las tecnologías; la descentralización de la política cultural; la profundización de la inserción de esta acción en el mundo; y el rol insustituible del Estado en esta tarea. En base a estos principios define líneas estratégicas de desarrollo artístico y cultural, objetivos y 52 medidas concretas de implementación.

En agosto del 2005 realizamos la 2ª Convención Nacional de Cultura, que permitió, a partir de la política nacional, la elaboración de políticas específicas para cada una de las regiones del país, definidas por sus órganos regionales y orientados por aquellos aspectos identitarios y particulares de cada región. El año 2006 con la realización de la 3ª Convención iniciamos el proceso de implementación y evaluación de la política nacional, inaugurando de esta manera una forma de dar cuenta anualmente a la propia institucionalidad cultural de los avances, logros, desafíos y también problemas con que nos encontramos año a año.

Es indudable que esta institucionalidad y esta manera de enfrentar el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas es única y pionera en nuestra país, y que si bien puede plantear dificultades y desaciertos, estamos seguros nos entrega oportunidades únicas.

Si intentamos resumir lo que fueron las políticas culturales hasta la instauración del CNCA, sería posible decir, sin un ánimo reduccionista, que estas se orientaron fundamentalmente al desarrollo de instrumentos de financiamiento público para el fomento de la creación artística y cultural mediante fondos concursables. Estos instrumentos permitieron, en un país que había disminuido prácticamente a cero los recursos públicos destinados a la actividad cultural, y que no contaba con instrumentos de fomento al aporte privado, aumentar en varias veces la producción cultural en sus distintas disciplinas, en que sólo por nombrar algunas podríamos señalar el pasar de uno o dos estrenos de películas chilenas al año en 1990 a las 13 o 14 que tenemos anunciadas para este año; en artes escénicas (teatro y danza) en 1990 los espectadores llegaban a los 150 mil, mientras que en los años 2004/2005 la cifra se elevó a más de 1.700.000 personas, ejemplos que podemos ver con resultados similares en las distintas disciplinas.

Esto se ve reflejado en el crecimiento de más de un 28% del presupuesto público el año 2007 en relación al 2006, que nos ha permitido, sin abandonar el fomento a la creación al que hemos hecho referencia, avanzar en programas que aseguren el acceso y la participación de la ciudadanía en la cultura, mediante la creación y el desarrollo de más y mejores audiencias, la generación de una red de infraestructura cultural a lo largo y ancho del país, el estímulo de la gestión cultural, la inclusión de formación artística y cultural en los procesos educativos y la promoción de mayor calidad de contenidos en los medios de comunicación.

En esta perspectiva se inscriben los programas que estamos desarrollando en distintas áreas:

En Acceso y Participación nos encontramos desarrollando el programa de Acceso Regional, en el que los Consejos Regionales de Cultura, en coordinación con los Gobiernos Regionales desarrollan un conjunto de actividades culturales con impacto local y regional en talleres de formación, seminarios, charlas, foros, clínicas e itinerancias, de acuerdo a sus propias prioridades; las fiestas ciudadanas Chile + Cultura, como plataformas regionales de encuentro y difusión de la propia creación regional, en las que las personas no solo disfruten de manifestaciones de calidad sino que disfruten de sus propias creaciones, relevándolas y reconociéndolas, constituyéndose en la manera de construir ciudadanamente la fiesta del bicentenario. En este mismo ámbito, hace pocos días hemos hecho el lanzamiento del programa “Creando Chile en mi Barrio”, en convenio con el MINVU y la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza, nos permitirá trabajar de aquí al 2010 en más de 200 barrios y localidades del país, vulnerables culturalmente por razones socioeconómicas o geográficas, desarrollando capacidades para la apreciación y goce de expresiones artísticas de calidad, generando hábitos, fidelizando audiencias, permitiendo la expresión ofreciendo oportunidades de formación y trabajando asociativamente para la instalación de capacidades de autogestión en un proceso de dos años.

En infraestructura Cultural hemos iniciado por primera vez un programa especialmente destinado a contar con una red de infraestructura a lo largo y ancho del país, de la mano del Colegio de Arquitectos, la Asociación Chilena de Municipalidades y la Asociación de Gestores Culturales, asegurando de aquí al año 2010 poder contar con al menos un centro cultural en las comunas de más de 50 mil habitantes y estamos diseñando, en conjunto con las Intendencias Regionales, convenios de programación que nos permitan la implementación de Planes Regionales de Infraestructura Cultural que aseguren la concreción de este objetivo, con espacios adecuados y complementarios también en las comunas más pequeñas y con una adecuada gestión de cada uno de estos espacios. En esta primera etapa, y luego de un proceso de consulta con las 85 comunas del país que concentran 2 tercios de la población del país, estamos adjudicando recursos a 28 Municipios para la construcción, compra y mejoras de infraestructura; estableciendo convenios para la asesoría en diseño arquitectónico y gestión en otras 8 y asesorando en etapas preliminares de gestión a otras 30.



En Educación nos hemos propuesto el mejoramiento de calidad de la educación artística, a través de distintos programas: por primera vez estamos implementando un programa que enriquece las horas de libre disposición de la Jornada Escolar Completa mediante la ampliación y aumento de la calidad de los contenidos artísticos y culturales para escolares y docentes municipalizados de enseñanza media; la tradicional muestra de teatro escolar pasará este año a convertirse en la de Muestra de Arte Escolar, incorporando junto al teatro, la danza y las artes visuales; hemos consolidado una línea de apoyo y el fomento a la Educación Artística Diferenciada vía el Fondo Nacional de Escuelas Artísticas (FNEA) y se ha incorporado en el proyecto de la Ley General de Educación a propuesta del CSE, el reconocimiento de una nueva modalidad artística, junto a la educación científico-humanista y técnico profesional.

En materias internacionales hemos volcado nuestros esfuerzos en avanzar en una mejor inserción de Chile en el mundo a través de distintos programas e instrumentos. En esta perspectiva fuimos uno de los primeros 30 países en ratificar la Convención para la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, cuya 1ª reunión se celebró en Francia hace unos días y sobre cuyo contenido me referiré en detalle en unos minutos. Al mismo tiempo hemos incrementado nuestro intercambio bilateral, poniendo énfasis en los países limítrofes, pero sin abandonar la mirada puesta en socios estratégicos en otros rincones del planeta como Europa y Asia. En el campo multilateral, estamos fortaleciendo nuestra presencia en foros relevantes como la OEI, siendo uno de los promotores de la Carta Iberoamericana de Cultura, suscrita en noviembre del 2006 y la reciente concreción del programa Iberescena para el desarrollo de la danza y el teatro. Destaco en este punto que los días 26 y 27 de junio próximo se llevará a cabo en Valparaíso la 10ª Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura.

Hemos también fortalecido el trabajo conjunto con la DIRAC del Ministerio de Relaciones Exteriores, de manera de coordinar nuestras acciones y utilizar más eficientemente nuestros recursos con programas conjuntos como las Embajadas Culturales.

En materia legislativa deseo concentrarme en dos temas centrales. El primero de ellos es el proyecto de reforma a la Ley de Propiedad Intelectual que hemos enviado al Congreso Nacional, el cual refleja una respuesta consensuada al interior del Gobierno de Chile con 7 Ministerios involucrados, a legítimas aspiraciones provenientes de los más diversos sectores de nuestra sociedad; y expresión además del respeto a los compromisos adquiridos con nuestros socios comerciales en la materia.

Este proyecto busca materializar nuestra Política Cultural, que expresa la convicción de que el crecimiento de nuestro país se funda no sólo en el aumento del bienestar económico y en la superación de la marginalidad, sino en el desarrollo humano, personal y colectivo, donde el acceso a los bienes y servicios culturales que nos permiten participar de una sociedad más integral y justa, es un derecho irrenunciable.

Hemos optado por una agenda progresiva para abordar las modificaciones a esta ley. La primera etapa se materializó en el año 2003, cuando se aprobaron dos importantes reformas. Con el proyecto en discusión, proponemos aquellas modificaciones generales a la ley, necesarias para responder al nivel de desarrollo que nuestro país tiene, haciéndonos cargo de las diversas realidades que la sociedad actual nos presenta.

Paralelamente, a partir de esta iniciativa hemos comenzado la última etapa de la agenda, mediante un trabajo planificado y sistemático con cada uno de los sectores interesados para preparar así futuras iniciativas legales donde se recojan cada una de las legítimas aspiraciones sectoriales.

Ciertamente no todos estarán de acuerdo con las propuestas que se formulan. Ciertamente tendremos opiniones diversas y manifestaciones de intereses también disímiles, pero lo importante es que avancemos juntos en el establecimiento de los acuerdos que esta reforma requiera.

Quiero destacar, también, la aprobación unánime y posterior ratificación a comienzo de este año, de la Convención para la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de UNESCO, ya que representa una gran oportunidad para reafirmar el valor de las expresiones culturales como parte del patrimonio de la humanidad y es el marco que da sentido y fundamento a nuestra política cultural.

Esto, que hoy nos puede parecer obvio, es un triunfo para todos aquellos que con mayor o menor intensidad creímos que era posible contar con un instrumento jurídico de derecho internacional que pusiera a la cultura y a sus instrumentos públicos, es decir, las políticas culturales de promoción y protección, a lo menos en un nivel similar que los principios y reglas de la libertad de comercio, que con su complejo sistema de derechos y obligaciones condicionan la acción cotidiana de nuestros Estados.



He querido señalar, con mayor o menor detalle aquello que hemos logrado y lo que nos encontramos hoy realizando, pero creo también oportuno referirme a los principales desafíos que tenemos por delante.

El año 2010 celebraremos nuestro Bicentenario, ello será una fecha oportuna para concretar proyectos emblemáticos en infraestructura cultural que nuestro país requiere, como contar con un gran centro para el desarrollo y difusión de las artes escénicas y el Archivo Nacional de la Fotografía, además del plan nacional de infraestructura cultural al que hemos hecho referencia. La realización de importantes eventos culturales como el Congreso Mundial de la Lengua Española, cuyo acuerdo para su realización en Chile el 2010 me fue encomendado por la Presidenta en su última versión en Colombia y la Trienal de Artes Visuales que nos permitirá iniciar la instalación de Chile en el circuito internacional de este sector.

La celebración a lo largo de todo el país del Bicentenario de nuestra República a través de las Fiestas Chile + Cultura, en que deseamos que sean las propias provincias y regiones quienes vayan diseñando participativamente sus formas y contenidos.

En mayo pasado le fue entregado a la Presidenta de la República el informe que la Comisión de Institucionalidad Patrimonial elaboró, en base a un diagnóstico compartido y discutido desde distintas sensibilidades durante 8 meses de trabajo, con una propuesta específica y concreta de política pública e institucionalidad cuya misión será el registro, conservación y difusión del patrimonio cultural del país. A partir de esta propuesta, la Presidenta Bachelet nos ha encargado el diseño de las iniciativas legales necesarias para dar vida al Instituto del Patrimonio. Estas iniciativas deberán ser ingresadas al Congreso Nacional dentro de este año. Esta nueva institucionalidad vendrá a completar la institucionalidad cultural del país iniciada con la creación del CNCA y tendrá como principales aspectos una estructura descentralizada con presencia en todo el país, la integración de las distintas instituciones públicas que hoy dan cuenta de dimensiones acotadas del patrimonio y la existencia de un fondo nacional del patrimonio, con incentivos tributarios adecuados para el aporte privado, de manera de asegurar su resguardo y difusión como una tarea de todos.



En esta misma perspectiva, el Directorio Nacional del CNCA ha asumido el desafío de generar las condiciones para modificar la ley de donaciones culturales de manera de resolver aquellos aspectos más críticos de su modificación en el año 2003 y sobre los cuales creemos que es posible construir consensos amplios. Estamos convencidos que es posible hacer estos cambios para transformarla verdaderamente en un instrumento de política económica para el desarrollo de nuestro sector y sin lugar a dudas del país. Con ello reafirmamos el reconocimiento, la valoración y promoción que otorgamos a la iniciativa privada en materias culturales y que podemos también ejemplificar en la acción conjunta que desarrollamos con corporaciones y fundaciones como Matucana 100, Balmaceda 1215 y y la Corporación Cultural del Teatro Municipal.

Hace unos minutos hice referencia al proyecto de ley que modifica la ley de propiedad intelectual, al respecto quiero reiterar nuestro convencimiento de la importancia de esta iniciativa y la urgencia en lograr su aprobación durante el presente año. Estamos seguros que hemos desarrollado en conjunto con los parlamentarios de los distintos sectores pertenecientes a las comisiones de Cultura y Economía de la Cámara de Diputados una discusión ejemplar, pero que recién se encuentra en sus primeras etapas, que debe continuar en esta perspectiva de visión de país y futuro.

Finalmente debo señalar el desafío que hemos asumido de hacer de Chile un país de lectores y lectoras. Para ello estamos diseñando el Plan Nacional de la Lectura a través de iniciativas estratégicas para mejorar el acceso al libro y la lectura; establecer instrumentos de financiamiento público para el fomento de la lectura; fomentar una industria nacional del libro; poner el libro y la lectura al centro de las políticas de educación; diseñar estrategias y métodos de fomento lector; incentivar la investigación sobre el libro y la lectura; garantizar la diversidad cultural y lingüística; promover los derechos en torno al libro; coordinar iniciativas públicas, privadas y de la sociedad civil de fomento lector; implementar campañas comunicacionales; e incorporar tecnologías de información y comunicación.

Esto es posible porque llevamos años trabajando iniciativas tales como: llevar libros a sectores rurales y poblacionales a través de programas participativos de fomento; promover bibliotecas de aula en las escuelas del país; promover ferias del libro comunales y regionales; promover ediciones de libros para personas con discapacidad visual; promover y fomentar la creación de más y mejores bibliotecas escolares; promover y fomentar la creación de más y mejores bibliotecas públicas; apoyar proyectos de fomento lector de la sociedad civil; ampliar la compra de títulos de autores chilenos para las bibliotecas públicas; inducir a la escritura a niños y jóvenes a través de concursos; desarrollar talleres de animación a la lectura; fomentar encuentros entre autores y público; promover el valor del libro como el principal soporte del conocimiento; la memoria y la creación; incorporar Internet para el fomento lector; y fomentar la lectura en soportes y formatos no tradicionales: digital e hipertextual.

A partir de todo esto, la tarea fundamental es articular los esfuerzos de bibliotecas, colegios, Colegio de Profesores, Ministerio de Educación, escuelas artísticas, medios de comunicación, etc. Convocar a la sociedad, a los actores públicos y privados a esta tarea de todos.

Son estos objetivos los que nos convocan en la actualidad y para las que nos hemos fijado plazos y metas al 2010. Será parte de nuestro proceso, también, los aprendizajes que esta experiencia genere en su ejecución y desarrollo para darle continuidad en el tiempo.

Quiero agradecer nuevamente esta valiosa oportunidad y con ello poner fin a esta intervención para dar paso a las preguntas.

Muchas gracias.

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Sol Domínguez

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