Museo Nacional de Bellas Artes
La obra que Tito Calderón presenta en Retrospectiva. De la muerte a la locura está marcada por el Chile en dictadura de los años 80, época en que la vivencia personal del artista está asociada a la muerte, la censura y el miedo como tópico diario. Ante la represión política del momento, manifestada en la censura en el mundo de las artes y la cultura, Calderón respondió a través de sus ilustraciones pornográficas, que funcionaban como revulsivo social.
El desarrollo de una carrera artística ligada al erotismo fue el “arma secreta” con la que Calderón reconoce haber enfrentado dicho periodo y que hoy sigue siendo su timón en una vida cercana a situaciones de muerte, enfermedad y locura.
“Es evidente que el artista en toda su obra intenta desplegar un sentido erótico a través de sus representaciones, cuyo grado o intensidad es proporcional a su propia represión, a sus propias reglas y exigencias de “uniformar todos los significantes” (…) Tito en sus dibujos sobre la tela, opera como una forma de tatuajes sobre la piel, que a modo de una metonimia, intenta instalar una doble función de alienación, ya que es visto a través de los objetos que el percibe, y de pertenencia, ya que sus representaciones le pertenecen, en tanto lo percibido ya no está en él”, comenta Roberto Farriol, director del Museo Nacional de Bellas Artes.
Para el mismo Calderón en tanto, sus dibujos “son una mezcla entre Goyesca e Hiperrealista, con personajes reales, previamente fotografiados, tratados en blanco y negro, a mi manera, como el smog gris que cubre Santiago en el invierno o el vestuario con el que cubren sus cuerpos las personas que habitan en esta ciudad, cuerpos que cometen la osadía de vivir al límite de sus emociones y de la locura. Sin conflicto no hay creatividad, no hay pintura, no hay nada. El riesgo, el dolor, la inseguridad, crean movimiento, en fin que el arte es una reflexión del espíritu humano sobre uno mismo”.
El manejo técnico de este artista es depurado y meticuloso. Cada obra puede tomar meses y hasta años, debido a la precisión matemática de la perspectiva y los diferentes planos en los que se instala la escena, lo que recuerda el modus operandi de los maestros renacentistas.
Para su realización, el autor registra escenas fotográficas en las que emergen elementos propios de la contracultura y del underground, que luego traspasa a la tela en elaboradas composiciones que pueden estar inspiradas tanto en obras claves de la historia del arte como en revistas actuales de moda. Utiliza la técnica del dibujo, con carboncillos o lápices sepia, que le permiten otorgar gran detalle a sus obras, las que en general son monocromas.
“(…) Con sólo un lápiz sepia y otro de carboncillo sobre una tela que le permite la mayor pulcritud, el pintor dibuja un mundo anatómico de diosas blancas y, lo que el decadentismo del 900 llamaba bufones ublunares o arlequines. Tienen ellos y ellas en Calderón, sesgos de gente linda, modeladores japonesados, maestros de artes marciales. Acompañados como en Beardsley, de animales inquietantes. Va de suyo el erotismo de ese mundo que re(produce) de una realidad descontextualizadora, cuyos referentes son los museos y las revistas de moda bajo el doble signo – inaccesible, errático – de la belleza y el deseo”, escribió Enrique Lihn (1929-1988) sobre la obra del joven Calderón que logró visualizar.
Sobre el artista
Tito Calderón, quien inicialmente estudió Licenciatura en Arte con mención en Grabado en la Escuela de Arte de la Universidad Católica de Chile, ha sido reconocido como uno de los grandes exponentes de la escena plástica chilena de las últimas décadas. Esto lo ha hecho acreedor de importantes premios, entre ellos el Primer Premio Gráfica, en el Primer Concurso del Banco de Santiago, Museo Nacional de Bellas Artes de Chile en 1990; el Segundo y Tercer Premio del Concurso Suchestow, en el Instituto Chileno-Norteamericano de Cultura, Chile, en 1999; y fue seleccionado en The 145th RPS/Kodak International Print Competition, en The Royal Photographic Society, Londres, Inglaterra, 2002.
Ha participado en exposiciones individuales y colectivas tanto en Chile como en el extranjero. De las muestras nacionales más recientes podemos destacar Vida de Pintor, en Galería Stuart, Santiago, 2005; Retrato de Sociedad, en Galería Cecilia Palma, Santiago, 2006; Fotoamérica, Segundo Festival de Fotografía en Chile, en Galería Ximena Tanembaum, Santiago, 2006; y Sin Título, a 20 Años de Enrique Lihn, en Galería Ana María Matthei, Santiago, 2008.
Su obra se ha hecho conocida en el extranjero, llegando a exponer continuamente en ciudades como Buenos Aires y Barcelona. Su primera incursión en Europa fue en 1992, en Ámsterdam, luego siguieron otros países tales como Inglaterra, España, Alemania y Francia.
De las exposiciones internacionales más recientes podemos destacar Lorca-Neruda, Encuentro en Buenos Aires 1933-2005, en Buenos Aires, 2005; Lo Indeleble: Tito Calderón, en Galería La Misión, San Telmo, Buenos Aires, 2005; Catorce Pintores Judíos Famosos, en Museo Ralli de Caesarea, Israel, 2007; ARTEBA Galería Vermeer, en Buenos Aires, 2007; Scopebasel, International Contemporary Art Fair, en Basel, Suiza, 2007; y Tito Calderón, Drawings in Black and White, en Galería Gora, Montreal, Canadá, 2010.
Sus obras se encuentran en las colecciones de diferentes museos, entre ellos el Museo de Artes Visuales (MAVI), el Museo Internacional de Gráfica Contemporánea de Chillán y los cuatro Museos Ralli del mundo: Santiago, Punta del Este, Marbella y Caesarea, así como en manos de coleccionistas privados, muchos de los cuales facilitaron sus obras en préstamo para la realización de esta muestra.